lunes, 21 de mayo de 2018

La llamada (España, 2017)

La llamada es una película de temática religiosa con múltiples aristas, por lo que creo que merece un comentario reposado y bien fundamentado evitando posturas extremistas, sobre todo siendo conscientes que lo que se analiza pertenece al mundo del entretenimiento, presentando altos componentes creativos y artísticos y no pretendiendo ser una catequesis al uso. Se trata de una buena película que mezcla comedia, drama, música y espiritualidad a partes iguales en una combinación bastante acertada, con un éxito generalizado de taquilla y crítica en nuestro país. 

Pocas películas contemporáneas hablan del tema de la vocación religiosa, por lo que creo que aunque sea solo por el intento que el film hace de explicar por qué un joven decide entregar a Dios completamente su vida ya merece la pena su visionado, si bien es cierto que bajo mi modesto punto de vista determinadas partes del film fueron mejorables o se podían haber gestionado de diferentes formas. 

De entrada comentar algo obvio. La película no está producida por el Vaticano ni por la Conferencia Episcopal Española, sino por personas laicas (creyentes o no, lo desconozco...) que apuestan por un producto y lo comercializan en función de los beneficios que quieren obtener de ella. No es una película para fomentar la vocación religiosa aunque creo que en parte cumple ese objetivo. No es de extrañar por lo tanto que el film, aún fomentando la vocación, también potencie otros valores o ideologías que siendo respetables no están en sintonía con la doctrina oficial de la Iglesia

Precisamente el trasfondo ideológico es uno de los puntos que más llaman la atención de este título. La película es una adaptación del musical homónimo, siendo ambos escritos y dirigidos por una pareja homosexual, Javier Calvo y Javier Ambrossí (conocidos como los Javis) y producida por Jorge Javier Vázquez, otro icono gay del panorama artístico español.  Con estos mimbres, y en consonancia con las posturas mayoritarias de este colectivo en nuestro país, uno hubiera esperado una caricatura o ridiculización del tema religioso o de la Iglesia, pero sin embargo y sorprendentemente el tema religioso está tocado con mucha delicadeza y profundidad. Todos los protagonistas religiosos del film salen bien parados del desarrollo de la trama y no hay ningún "malo-malísimo" relacionado con la institución eclesial como sí suele pasar en otras películas que tratan el tema religioso. Evidentemente se hace también un alegato de las relaciones homosexuales, pero como apuntaba antes se trata un producto comercial adaptado a todo tipo de públicos y que busca el mayor tipo posible de público en las salas o en los puntos de venta de DVDs

La acción se desarrolla en un campamento de verano dirigido por la Hermana Milagros (Belén Cuesta) y Sor Bernarda de los Arcos (Gracia Olayo). Allí, dos jóvenes de 17 años, Susana (Anna Castillo) y María (Macarena García) soportan como pueden el ambiente mientras sueñan con formar un grupo musical (Suma Latina) al tiempo que disfrutan de los conciertos, el sexo o las drogas. De repente, Dios se le aparece a María cantándole canciones de Whitney Houston, provocando un cambio radical en las vidas de todas las protagonistas de la historia.

Aquí comienzo la disección de la película en sí, intentando responder a la pregunta: ¿qué valores podemos sacar de esta historia...?

- En primer lugar, como he dicho anteriormente, la película aborda el tema de la vocación religiosa. Renunciar a todas las cosas de este mundo (en el caso de María al éxito, la fama, el dinero, la vida en pareja...) no es una cuestión fácil ni sencilla de explicar. El film deja claro que solo una experiencia personal de tipo amoroso es capaz de hacer que alguien tome en su vida una decisión de tal calibre. El tema está tratado con máximo respeto y profundidad, si bien es cierto que también hay espacio para la comedia, con gags bastante graciosos y sobre todo mucho espacio para una música que es complemento perfecto a los sentimientos de los protagonistas.

- Paralelo a ello se presenta una imagen de Dios que es Amor, que solo entiende el lenguaje del Amor (musical, en este caso) y que ofrece un proyecto de vida basado en ese mismo Amor. Un camino difícil, áspero y tortuoso pero para el que promete asistencia continua y compañía gratificante. Un Dios antropomorfo que no destaca por su belleza ni por su juventud (a mí personalmente me recuerda al difunto Robin Williams) pero sí por sus dotes de seductor musical. Un Dios que se carcajea de las palabras de la Biblia (elemento éste que se entiende en el contexto de la película), de las oraciones mecánicas y que huye de los ritos convencionales. Un Dios que aparece a través de una cruz que comunica con otra dimensión (la única referencia al Dios de Jesucristo) pero que en el fondo podría ser el dios de cualquier religión universal.

- Respecto al amor humano se defiende como he apuntado anteriormente que cualquier relación amorosa es lícita. No hay barreras de edad, cultura e incluso sexo. El amor traspasa todas esas cuestiones y se sitúa por encima de todo. Esta frase es buena prueba del lenguaje descarado y de esa liberalidad en el amor: "Y si a mi alguien me dijera que estoy confundida y que tengo que parar y pensar con la puta cabeza, ¡le mando a tomar por culo! ¿Vale? Sí, contra todo pronóstico, yo, Susana Romero, soy bollera, me he enamorado de una monja y mi amiga se ha enamorado de Dios. Pues cada uno con lo suyo."

- La película plantea además ineludiblemente la pregunta existencial sobre el sentido de la vida. Una vida que ofrece todo tipo de lugares donde buscar la felicidad. Sexo, dinero, drogas, música, placer, religión, fama, amistad... y algunas más. Todas estas instancias se presentan como lugares donde se pueden encontrar pequeñas o grandes dosis de esa felicidad. La habilidad humana está en saber cuáles de ellas son constructivas y cuáles son destructivas. El film defiende asímismo que no necesariamente hay opciones para toda la vida, sino que las opciones son justificables en función de la felicidad momentánea que reportan. Una idea demasiado kitsch para mi gusto pero que encaja a la perfección en la sociedad actual y especialmente en la juventud a la que se dirige la película.

- A nivel humano y dejando a un lado la espiritualidad, creo que el film presenta una idea clara: Hay que luchar con todas las fuerzas por cumplir tus sueños, sean los que sean. Tienes que olvidarte de los demás y ser fiel a ti mismo y a tu llamada interior (sea la que sea) para ser feliz y escoger el camino correcto en la vida. De nada sirven los consejos ni las experiencias de los otros, ya que la vida hay que vivirla en primera persona y es única e irrepetible. Tú serás en última instancia el único responsable de tus aciertos o de tus errores. De nuevo una idea muy posmoderna, con la que se puede estar de acuerdo o no, pero que en el fondo creo que se nos ha ido filtrando hasta el tuétano a los que vivimos en esta sociedad. Atrás quedaron los tiempos en los que las personas fiaban sus decisiones vitales a consejeros, amigos, hermanos mayores o padres. Como muestra, un botón: "Yo no voy a dejar que nadie desilusione a mi amiga o me desilusione a mí. ¿Estamos? Vale. ¿Te acuerdas de cómo se llama nuestro "single"? "Lo hacemos y ya veremos". Es que no se llama "Yo no lo voy a hacer por si acaso, no vaya a ser" o "Lo hago solo un poquito" ¡Que no! ¡Que no! ¡Que no! Nosotras lo hacemos, lo intentamos y si sale mal a otra cosa. Pero lo has intentado."

- Otra idea que recalca la película es el aprovechar el momento presente y experimentar cosas nuevas, lo cual es aplicable a todas las fases de la vida pero especialmente a la adolescencia. El tradicional carpe diem se sustituye en la película por el axioma "lo hacemos y ya vemos", título del single de Suma Latina y que es una clara invitación a hacer lo que te dé la gana sin tener excesivas preocupaciones por sus repercusiones. Tú primero actúa y luego reflexiona es el consejo que dan las protagonistas de la película. En este sentido me parece que se trata de una visión algo ingenua de la resolución de los problemas de la vida, con una posición bastante lejana a las reflexiones que solemos realizar quienes ya peinamos canas.

En fin, a pesar de algunas cuestiones discutibles como las anteriormente citadas recomiendo altamente su visionado. Hechas estas salvedades, es justo reconocer que el producto final divierte, entretiene e incluso emociona. Ni que decir tiene que al ser el primer film dirigido por los Javis les auguro una larga y exitosa carrera en el mundo del Cine y del espectáculo. Con esta opera prima demuestran que andan sobrados de talento, creatividad, frescura y empatía con el espectador, que a fin de cuentas, es lo más necesario en este Arte.

Por cierto, termino el comentario con otro detalle que me ha encantado de la película. Las pocas escenas de sexo que tiene el film no son explícitas,  al contrario  de lo que ha venido siendo habitual en el Cine Español desde la transición, con lo cual creo que los nóveles directores se desmarcan de esa tendencia burda, zafia y grosera que ha caracterizado a nuestro cine en las últimas décadas. Esperemos que así sea en sus sucesivos trabajos.

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