martes, 7 de octubre de 2008

El mundo al revés

Hoy me atrevo a crear yo mi propio cuento. Cierto que la idea no es mía, la he visto en la revista de catequesis de nuestra diócesis, pero sí me he atrevido a ponerla por escrito a manera de relato breve. Creo que es una historia con un mensaje profundo y que nos puede ayudar a reflexionar sobre como está nuestro mundo...

Dos hermanos coincidieron después de muchos años sin verse. El primero de ellos era un sacerdote de una pequeña capilla de una gran ciudad. El otro era un afamado político que casualmente iba a dar un mitin en la población donde vivía el sacerdote.

El sábado por la noche, el sacerdote se acercó a escuchar la intervención de su hermano, y quedó gratamente sorprendido. La puesta en escena era impresionante, vinieron autobuses de toda la provincia a escuchar a su hermano, y éste no defraudó. En un abarrotado escenario, la música potente y el ondear de las banderas creaban un clima propicio para la euforia. Gesticulante, entusiasmado, con ironía, chispa y desenfado, el orador consiguió arrancar miles de aplausos, ovaciones, vítores y cánticos. Toda su intervención consistió en atacar al partido político rival y en prometer un sinfín de ayudas, subvenciones, trabajos, mejoras y accesorios para la urbe. Al salir del escenario, repartió miles de besos y abrazos entre los asistentes que no dejaban de aclamarlo.

A la mañana siguiente, el político se acercó a la capilla de su hermano. La misa era a las 11:00 y sólo unas cuantas personas mayores ocupaban los últimos sitios de las bancas. Una música mas bien propia de los años ochenta se oía por unos viejos altavoces. Comenzada la misa, pronto se hizo notar que la megafonía era un desastre. Apenas se intuía las oraciones que su hermano decía, a lo que no ayudaba el que éste lo hacía deprisa y sin entonación ninguna. Mirando a su alrededor, el político vio como algunos feligreses bostezaban, como un teléfono móvil no paraba de sonar ante la indiferencia de su propietario y como el resto del personal parecían distraídos o pensando en sus cosas. La homilía se hizo eterna, con un lenguaje inaccesible a los oyentes y un tono de voz que incitaba a una siesta mañanera. A la hora de darse la paz, un frío saludo o un gesto con la mirada fueron las únicas concesiones entre los dispersos asistentes. La misa terminó como comenzó, en un ambiente desangelado y más bien triste.

A la hora de la comida compartieron una distendida charla entre hermanos. Recordaron viejos tiempos, rieron rememorando anécdotas de la infancia y la juventud y fue ya a los postres cuando se sinceraron el uno con el otro.

“¿Sabes?” -Afirmó el cura-. “Cuando me hice sacerdote soñaba con tener un éxito como el tuyo anoche. Soñaba con llenar los templos, con las felicitaciones, los elogios y conque todo el mundo tuviera fe gracias a mis predicaciones. Con el tiempo me he ido dando cuenta de que o yo no lo hago bien o a la gente no le interesa lo que les cuento…”

“Te diré una cosa”, -respondió su hermano- “Cuando me hice político soñaba con defender a los ciudadanos, con ser justo, honrado, no engañar a nadie y decir siempre la verdad. Con el tiempo también me he dado cuenta de que todo eso es imposible”.

“En el fondo somos víctimas de nuestra propia sociedad…” -dijo meditabundo el cura-. “Tu te pasas toda tu vida diciendo mentiras como si fueran verdades y yo intento trasmitir verdades que sólo parecen mentiras…”

“Me temo que llevas toda la razón”, -afirmó el político mientras asentía con la cabeza y apuraba su taza de café.

1 comentario :

  1. Conclusión: No hay que creer en las personas que te prometen...yo que sé por ejemplo que vas a vivir de lujo, no trabajaras apenas porque el subsidio lo subimos y ampliamos, tendrás un chalet....en fin un monton de cosas que al final ná da ná una vez en el sillón. Como decia un refrán, "si quieres conocer a pablito...darle un carguito".
    Sin embargo, el predicador te dice cual será TÚ recompensa siguiendo ESTAS llamemoslé "normas" y que no te la va a dar EL predicador, sino te lo dará el que está arriba, que es DIOS.
    Bonito cuento buscando la diferencia y reflexionando que no siempre la mayoría lleva la razón.

    Por cierto, ¿Qué conclusiones y si estás de acuerdo en el último comentario de BENEDICTO XVI sobre las penurias y calamidades que se avecinan a Europa por su falta de FE?

    Me permites un chistecillo sobre el asunto:
    "Zapatero prometío el Oro y el Moro y lo a cumplido a rajatabla...de momento lleva el 50% de lo prometido...que el el Moro...porque del oro de momento no hay rastro de el."

    Un cordial saludo para usted Padre.

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