martes, 30 de diciembre de 2008

Ladran, luego cabalgamos

Esta frase atribuida a Don Alonso Quijano pero en realidad ausente del Quijote de Cervantes expresa bien a las claras el resultado del encuentro de la familia del pasado fin de semana en Madrid.

Toda la maquinaria mediática estaba puesta al servicio del gobierno para desacreditar lo que los obispos españoles y los cristianos en general celebraban el día de la Sagrada familia. La delegación del gobierno en Madrid saltó rápidamente a la palestra para hablar de 300.000 congregados en torno a la plaza de Colón. "Mucha menos gente que el año pasado", "Nada nuevo en el mensaje de los obispos...", y otras lindezas del género fueron las únicas ocurrencias para desinformar de un gran acontecimiento que no ha tenido parangón este año en España salvo por la celebración de la Eurocopa de fútbol en el mes de junio.

Resulta que cuando zp (o Rajoy, me da igual), en la pasada campaña electoral reunían a 10 o 15 mil personas en una plaza de toros (la mayoría de ellos con viaje y bocata pagados...) eso sí era noticia. No encuentro mejor definición que la que Miguel Bosé hizo de este tipo de periodistas: Los informadores al servicio del poder, los mercenarios de rumores y calumnias, la raza despreciable. Esos que se dedican a ser altavoces de promesas incumplidas y de vana palabrería de quien sólo quiere perpetuarse en el poder.

Me da igual que fueran 500.000 o un millón. Nadie habló del frío y del agua. Nadie dijo que se tienen que pagar el viaje de sus bolsillos. Nadie dijo que fue una manifestación de fe pacífica y sin insultos (muy distinto, por ejemplo, a como nos tratan a los cristianos en el día del orgullo gay). Lo bueno sigue sin ser noticia, pero a la iglesia no la van a callar.

Hablaron del encuentro de la familia. Lo hicieron para criticarlo, pero hablaron. Ladran luego cabalgamos.

No sólo eran un millón de personas. Afortunadamente los que defendemos la familia tradicional y no cedemos al chantaje del pensamiento único seguimos siendo mayoría. Y si un día dejamos de serlo no pasa nada. Podrán adoctrinar y manipular conciencias, pero siempre habrá una voz que predique en el desierto como Juan Bautista. Sólo la verdad nos hace libres y sólo Jesucristo salva. Lo demás son modas pasajeras y se las llevará el viento.

Termino este año con los mejores deseos para vosotros y para todas vuestras familias, y para esa gran familia que es la Iglesia y nos acoge a todos en su maternal regazo. Hasta el año que viene.

martes, 23 de diciembre de 2008

Oración de San Agustín: Tarde te amé...

Durante estos cuatro domingos de Adviento he estado insistiendo en mis homilías –y en mis últimos posts- sobre lo imprescindible que resulta la esperanza para la vida del cristiano. Me parece justo coronar el nacimiento del niño incidiendo en el mismo tema.

A menudo asociamos la venida del Mesías a la llegada de muchos valores (paz, amor, justicia, perdón…) todos ellos necesarios, pero me parece que se nos vuelve a olvidar remarcar la esperanza. Sin esperanza todo es un sinsentido. No creo estar muy equivocado al afirmar que el aumento de las depresiones, angustias y ansiedades de nuestro mundo son directamente proporcionales a la disminución de la Esperanza en los corazones de los hombres.

Diariamente estamos sometidos a un goteo incesante de malas noticias. Crisis, paro, drogas, maltrato, guerras, hambre, terrorismo, violencia… son el “pan nuestro de cada día” de los telediarios. Lo bueno y lo noble no son noticia, no venden tanto como el morbo o las desgracias. Evidentemente no somos ajenos a ese bombardeo mediático. Por muchas corazas que nos pongamos y por mucha resistencia que opongamos la realidad se nos termina imponiendo; y de las rendijas de nuestros corazones brotan preguntas como: ¿Qué sentido tiene la existencia?, ¿Por qué existe tanto mal en el mundo?, ¿No somos solo reflejo de la nada, de lo insignificante en medio del absurdo?...

Es imposible vivir sin esperanza, y para acallar esos suspiros de nuestro corazón derrotado, a menudo nos buscamos pequeños mundos más habitables; nos refugiamos en castillos interiores donde al menos buscamos alcanzar metas más cercanas y accesibles. Y así, en ausencia de una esperanza trascendente, decidimos llenar nuestras vidas y nuestro tiempo de distracciones que si bien no nos conceden la felicidad sí nos proporcionan satisfacciones transitorias. Buscamos saciar nuestro apetito espiritual con meros objetos materiales. Y claro, así no se puede vivir. Lo único que conseguimos es desvirtuar nuestra razón de ser y añadir dosis más elevadas de ansiedad y melancolía. Ese es el prototipo de hombre que nuestra sociedad está creando. El hombre que vuelto de espaldas a Dios descubre que nada tiene sentido y que el fracaso es el fin último de la existencia.

No es esa la vida que Dios quiere para nosotros. Nuestro corazón, creado por Dios, sólo encuentra su sentido en Él. Hoy más que nunca tenemos que meditar y profundizar este texto bellísimo de Las Confesiones de San Agustín de Hipona que se comenta por sí solo. Os invito a que lo leáis con tranquilidad y hagáis un rato de oración serena con él.


“El hombre, parte de tu creación, desea alabarte;
el hombre, que arrastra consigo su condición mortal,
la convicción de su pecado, y la convicción de que tú resistes a los soberbios.
Y, con todo, el hombre, parte de tu creación, desea alabarte.
De ti proviene esta atracción a tu alabanza,
porque nos has hecho para ti,
y nuestro corazón no halla sosiego hasta que no descansa en ti.”
Demasiado tarde, demasiado tarde empecé a amarte.
¡Hermosura siempre antigua y siempre nueva,
demasiado tarde empecé a amarte!
Tú estabas conmigo y yo no estaba contigo.
Yo estaba lejos, corriendo detrás de la hermosura por Ti creada;
las cosas que habían recibido de Ti el ser, me mantenían lejos de Ti.
Pero tú me llamaste.
Me llamaste a gritos, y acabaste por vencer mi sordera.
Tú me iluminaste y tu luz acabó por penetrar en mis tinieblas.
Ahora que he gustado de tu suavidad estoy hambriento de Ti.
Me has tocado y mi corazón desea ardientemente tus abrazos.”

martes, 16 de diciembre de 2008

Curiosidades sobre la Navidad

¿Creías que ya lo sabías todo sobre la Navidad? Una fiesta tan antigua y tan rica es fuente abundante de anécdotas y de símbolos que a menudo caen en el olvido. Hoy os propongo refrescar la memoria con algunos datos curiosos de las fechas que se acercan:

El término Navidad proviene del latín "Nativitas" y significa Nacimiento. El día de Navidad fue oficialmente reconocido en el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianceno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad de Cristo. La misa que se celebra el 24 de diciembre duraba hasta el amanecer, hasta el canto del gallo, de donde le quedó su sugestivo nombre.

La tradición de poner el Belén en el mundo se remonta al año 1223, en una Navidad de la villa italiana de Greccio. Cuenta la leyenda que en esta localidad, San Francisco de Asís reunió a los vecinos para celebrar la misa de medianoche. En derredor de un pesebre, con la figura del Niño Jesús, moldeado por las manos de San Francisco, se cantaron alabanzas al Misterio del Nacimiento; en el momento más solemne de la misa, aquella figura inmóvil adquirió vida, sonrió y extendió sus brazos hacia el Santo de Asís. El milagro se había producido ante la vista de todos, y desde entonces la fama de los "Nacimientos" y su costumbre se extendió por todo el mundo. El Papa Juan Pablo II, en 1.986, a petición de las asociaciones belenistas de todo el mundo, proclamó a San Francisco de Asís Patrón Universal del Belenismo.

El árbol de Navidad decorado es una costumbre más reciente, apareciendo a principios del siglo XVII, en Alemania. En 1605, un árbol fue decorado con luces para ambientar la fría Navidad, costumbre que se difundió rápidamente por todo el mundo.

La Biblia habla de Sabios o Magos que acudieron a adorar al niño. Hace dos milenios, se llamaba Reyes Magos a los filósofos y los consejeros reales, estudiosos de la astronomía y la astrología. No se sabía con certeza cuántos eran los Reyes Magos, hasta que el Papa San León, en el Siglo V, estableció que eran tres: Melchor, que representa a los europeos, ofreció al Niño Dios un presente de oro que atestigua su realeza. Gaspar, representante de los semitas de Asia, cuyo bien más preciado es el incienso, lo ofreció al Niño como símbolo de su divinidad. Y por último, Baltasar, negro y más joven, se identifica con los africanos, que entregan la mirra, en alusión a su futura pasión y resurrección. Las reliquias de los Reyes Magos estuvieron durante trescientos años en Constantinopla, en lo que antes era Bizancio y ahora Estambul, en Turquía. Luego fueron trasladados a Milán hasta 1162, en que el emperador Barbarroja saqueó Milán y entregó los restos de los Reyes Magos al arzobispo Reinaldo de Dassel, quien decidió que dichos restos fueran trasladados a Colonia, Alemania. Los restos de los tres Reyes Magos descansan en un cofre de oro y plata que pesa unos 350 kg, y se halla en una capilla que hizo construir a tal efecto el emperador Carlomagno en Colonia.

El buey que acompaña a San José es símbolo de la paciencia y del trabajo. El asno, animal que acompaña a la Virgen en el nacimiento, es símbolo de humildad. Ambos son reflejo de la procedencia divina del niño Jesús. El buey es un toro castrado y la mula una yegua estéril, de ninguno de los dos se puede esperar descendencia. Para profundizar en esta simbología se puede consultar esta entrada sobre la simbología de los animales en el cristianismo.

Hacia el siglo II un sacerdote cristiano llamado Nicolás abandonó Italia, para difundir en Asia la palabra de Dios. Siendo misionero, fue trasladado a Myra, para ser nombrado obispo. Murió un 6 de diciembre, fue proclamado santo e inspiró la figura de Papá Noel. La figura de Santa Claus, con la estética que ahora conocemos, es una invención estadounidense del siglo XX, si bien se basó en la vida y la leyenda de San Nicolás. Actualmente, se designa al mismo personaje en los distintos países, como Santa Claus, Papá Noel o San Nicolás. El nombre Santa Claus es una contracción de Sanctus Nicolaus, y se refiere específicamente a San Nicolás de Bari, quien fuera Obispo de Mira en el S. IV, personaje de una enorme bondad y protector sobretodo de los niños.

“Noche de Paz”, el villancico más popular del mundo, fue creado por casualidad, porque se había estropeado el órgano de la iglesia. En 1818, dos días antes de Navidad, el viejo órgano de la iglesia de San Nicolás en Salzburgo, la parroquia del padre Joseph Mohr, pasó a mejor vida. Para no decepcionar a sus feligreses, el sacerdote pidió a su amigo Franz Xaver Gruber, maestro y organista del vecino pueblo de Arnsdorf, que compusiera una melodía para un texto de Navidad. En la misa del gallo de ese 24 de diciembre, Joseph Mohr, cura con voz de tenor y que tocaba la guitarra, y Gruber, que poseía una bella voz de bajo, interpretaron por vez primera en alemán “Noche de Paz”. En 1831, un coro que se dedicaba a cantar aires populares tiroleses incorporó el villancico del padre Mohr a su repertorio durante una gira por Prusia. De allí, la canción viajó a Nueva York, donde fue interpretada por un coro tirolés en 1839 pero donde sus autores y su origen permanecieron desconocidos. Treinta y seis años más tarde, la corte real de Prusia, que buscaba el original de la partitura, consultó al párroco de San Pedro de Salzburgo, quien, para sorpresa general, respondió que Mohr y Gruber, muertos en el anonimato respectivamente en 1848 y 1863, eran los autores del villancico que se había atribuido al compositor austríaco Michael Haydn.

Y para terminar, algo más pagano pero de nuestra tierra… El primer sorteo de la Lotería de Navidad se celebró en Cádiz en 1812.

martes, 9 de diciembre de 2008

Mantener la Esperanza

Estamos inmersos en el Adviento, que como bien sabéis, es el tiempo que la Iglesia nos brinda para hacer más firme nuestra esperanza y preparar el nacimiento del Salvador del mundo. Corren tiempos difíciles para la esperanza. Seguramente estemos más atentos en nuestra vida espiritual a las otras dos virtudes teologales (la fe y el amor) que a este tercer pilar de nuestra vida cristiana.

La esperanza es la virtud que nos hace seguir luchando a pesar de los palos que nos da la vida o las personas en quienes confiábamos. A menudo un contratiempo es capaz de hacernos abandonar un proyecto en el que habíamos depositado nuestras ilusiones y muchas horas de dedicación y de desvelos. A este propósito me han mandado un e-mail bastante curioso. Me resulta imposible contrastar su veracidad por razones de tiempo, pero resulta cuando menos creíble en todo lo que dice. Señala ejemplos de superación personal en las que personas importantes de la historia han mantenido la esperanza a pesar de los contratiempos que la vida les ha puesto en su camino. Me parecen buenos modelos para mantener viva nuestra esperanza en aquellas tareas que necesitemos llevar adelante.

Lo comparto con vosotros:

- Michael Jordan, el considerado mejor baloncestista de la historia, fue expulsado del equipo escolar por bajo rendimiento.

- Winston Churchill repitió el sexto curso escolar. Tras mucho esfuerzo de autoasuperación, llegó a ser Primer ministro de Inglaterra a los 62 años de edad.

- Albert Einstein no comenzó a hablar hasta los 4 años de edad y aprendió a leer a los 7. Su maestra (toda una visionaria...) lo calificó como "mentalmente lerdo". Fue expulsado de la escuela y no fue luego admitido en el Politécnico de Zurich.

- En 1944, Emmeline Snively, directora de la agencia de modelos Blue Book Modeling, le dijo a la candidata Norman Jean Baker (Marilyn Monroe) : "Sería mejor que hicieras un curso de secretaria o buscaras un buen marido. En esta profesión no tienes ningún futuro.".

- Al rechazar a un grupo de rock inglés llamado The Beatles, un ejecutivo de Decca Recording Company dijo: "No tienen talento suficiente".

- Cuando Alexander Graham Bell inventó el teléfono, en 1876, buscó quienes lo financiaran en el proyecto. El Presidente Rutheford Hayes dijo: "Es un invento extraordinario, pero ¿quién lo va a usar?".

- Thomas Edison hizo 2000 experimentos hasta inventar la lámpara. Un joven reportero preguntó el porqué de tantos fracasos. Edison respondió: "No fracasé ni una sóla vez. Inventé la lámpara. Sin todos aquellos intentos no hubiera sido posible".

- A los 46 años, luego de perder progresivamente la audición, el compositor alemán Ludwing Van Beethoven quedó completamente sordo. Y así compuso buena parte de su obra. Incluidas 3 sinfonías, en los 6 últimos años.

martes, 2 de diciembre de 2008

Adviento

Como en años anteriores, la Asociación de Belenistas "La Adoración" me ha pedido una colaboración para su revista "Pesebre". Este año me ha salido un artículo un poco más teológico de la cuenta, pero bueno, no está mal que entremos un poco en el fondo del misterio del nacimiento de Cristo de vez en cuando...

Os lo copio para que también os ayude a vosotros a meditar antes que el niño nazca:

La pregunta que vamos a intentar esclarecer en este artículo es la siguiente: ¿Cuántas veces ha venido Cristo al mundo?. En principio, la respuesta parece obvia: Una.

Sin embargo, la Teología clásica ha hablado siempre de una “triple” venida de Cristo, coincidiendo con las categorías temporales en las que todo ser humano desarrolla su existencia: Pasado, presente y futuro. Vamos a ver en qué consiste cada una de ellas.

La primera de ellas, coincidiendo con el tiempo pasado, es la que nos resulta más evidente: La llegada en carne y hueso de Cristo al mundo. Es el Nacimiento y posterior desarrollo vital de quien para nosotros no es sólo un personaje más de la historia –Jesús de Nazaret- sino del mismísimo Dios hecho Hombre. Recordamos y celebramos, por lo tanto, mucho más que la simple efeméride de un acontecimiento puntual de la historia. Para los cristianos es el punto más elevado de la historia, aquel en el que se tocan el cielo y la tierra. Tan importante fue para la historia de la humanidad que a partir de entonces medimos el tiempo en “antes” y “después” de Jesucristo. Su primera venida al mundo, espiritualmente hablando, tampoco tiene desperdicio: Nace de una muchachita Virgen en el pesebre de una aldea pobre, perteneciente a un país arrinconado en los suburbios del Imperio Romano. Nada más lejos de lo que se podía esperar de la llegada de Dios al mundo. Nace entre la indiferencia de muchos, la búsqueda de otros –los Magos- y el odio de quien ve peligrar su poder –Herodes-.

La segunda de las venidas, coincidente con el tiempo futuro, es la que confesamos en el Credo “…desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y los muertos…”. Es la llegada gloriosa y triunfante de Cristo al final de los tiempos, lo que en griego se conoce como la parusía”. Me parece que la expresión artística más significativa de esta llegada de Cristo es el frontal de los frescos de la Capilla Sixtina de Roma. En ellos vemos a un Cristo juez –casi estremecedor- que manda a unos al cielo y a otros al infierno. No deja de ser un símbolo perteneciente a una cultura y una mentalidad determinadas, pero expresa visiblemente el significado de este Cristo poderoso, Señor de la Historia y que dará a cada uno lo suyo en función de su fidelidad al Evangelio. Pero no es miedo o pánico lo que esta llegada debe producir en nosotros. Una de las pocas expresiones arameas (la lengua materna de Jesucristo y de sus apóstoles) que han llegado hasta nuestros días es la oración “Marana Tha” que se traduce por “Ven, Señor Jesús” con la que las primeras comunidades cristianas expresaban el anhelo de que ese retorno glorioso de Jesucristo se produjera cuanto antes. Nada tiene que temer quien pone su fe en Cristo y en su Palabra.

La tercera y última de las venidas de Cristo es la que coincide con el tiempo presente y pasa, sin embargo, más desapercibida. Es la llegada a cada uno de nuestros corazones, conciencias, almas…(llamémoslo como queramos) en el aquí y ahora. Es la continua llamada a ser mejores, a reproducir esa vida de Amor y de perdón que Cristo vino a traer al mundo. Es también la presencia de Cristo en el Sagrario, en la Eucaristía, a través de su Palabra o de los mas necesitados. Es el Cristo que hoy vuelve a nacer –y vuelve a ser crucificado- en los enfermos, en los toxicómanos, en los emigrantes, en las prostitutas, en el refugiado, en el seropositivo, en el abatido, en la víctima del terrorismo o la guerra, en el niño no nacido y aniquilado en el vientre materno, en el parado que no encuentra trabajo, en el depresivo que no le ve un sentido a su vida… en definitiva, en todo ser que sufre y que me interpela para que le ofrezca una mano amiga que lo ayude a levantarse.

martes, 25 de noviembre de 2008

Año nuevo... Nuevo comienzo: Historia de la horca

El domingo comenzaremos el primer domingo de Adviento y con él un nuevo año litúrgico. La liturgia cristiana tiene un carácter cíclico, repitiendo tiempos y ritmos un año tras otro. Así, el hombre es capaz de superar la monotonía que implica toda linealidad, y nos situamos en una dimensión temporal repetida pero siempre abierta a la novedad. Más que de “cíclico”, por lo tanto, diríamos más correctamente que la liturgia avanza en “espiral”, con bucles parecidos pero siempre distintos a los anteriores.

Esta característica de la liturgia –el constante comienzo y final de los tiempos litúrgicos- nos brinda una oportunidad espiritual nueva cada vez que abrimos un periodo nuevo. Así, si cuando terminemos el año civil todo serán propósitos buenos y eternamente aplazables: dejar de fumar, adelgazar, hacer ejercicio… el fin de año cristiano y el comienzo de otro nuevo es una llamada a la conversión. Dios nos da una nueva oportunidad, un tiempo nuevo de salvación está llamando a nuestra puerta. Para ilustrar esta paciencia infinita de Dios con cada uno de nosotros, no he encontrado nada mejor que esta emotiva, conmovedora y profunda historia. Que la disfrutéis y vayáis preparando vuestro corazón para la llegada del Salvador.


“Había un hombre que a base de trabajo y sacrificio poseía una inmensa riqueza. Este hombre tenía un hijo que iba a ser su heredero, pero que no se parecía mucho a su padre. Lo único que le gustaba era las fiestas, la diversión, estar con sus amigos y ser adulado por ellos. Su padre siempre le advertía que sus amigos sólo estarían a su lado mientras él tuviese algo que ofrecerles; después, le abandonarían.

Un día, el viejo padre, ya avanzado en edad, dijo a sus empleados que le construyeran un pequeño establo. Dentro de él, el propio padre preparó una horca y, junto a ella, una placa con algo escrito: “para que nunca desprecies las palabras de tu padre”

Mas tarde, llamó a su hijo, lo llevó hasta el establo y le dijo: - Hijo mío, yo ya estoy viejo y, cuando yo me vaya, tú te encargarás de todo lo que es mío... Y yo sé cual será tu futuro. Vas a dejar la casa en manos de los empleados y vas a gastar todo el dinero con tus amigos. Venderás todos los bienes para sustentarte y, cuando no tengas más nada, tus amigos se apartarán de ti. Sólo entonces te arrepentirás amargamente por no haberme escuchado. Fue por esto que construí esta horca. ¡Ella es para ti! Quiero que me prometas que, si sucede lo que yo te dije, te ahorcarás en ella.-

El joven se rió, pensó que era un absurdo, pero para no contradecir a su padre le prometió que así lo haría, pensando que eso jamás sucedería.

El tiempo pasó, el padre murió, y su hijo se encargó de todo, y así como su padre había previsto, el joven gastó todo, vendió los bienes, perdió sus amigos y hasta la propia dignidad. Desesperado y afligido, comenzó a reflexionar sobre su vida y vio que había sido un tonto. Se acordó de las palabras de su padre y comenzó a decir: -Ah, padre mío... Si yo hubiese escuchado tus consejos... Pero ahora es demasiado tarde.-

Apesadumbrado, el joven levantó la vista y vio el establo. Con pasos lentos, se dirigió hasta allá y entrando, vio la horca y la placa llenas de polvo, y entonces pensó: -Yo nunca seguí las palabras de mi padre, no pude alegrarle cuando estaba vivo, pero al menos esta vez haré su voluntad. Voy a cumplir mi promesa. No me queda nada más...-

Entonces, subió los escalones y se colocó la cuerda en el cuello, y pensó: -Ah, si yo tuviese una nueva oportunidad... viviría mi vida de otra manera y le haría caso a mi padre…-
En ese momento, se tiró desde lo alto de los escalones y, por un instante, sintió que la cuerda apretaba su garganta... Era el fin.

Sin embargo, el brazo de la horca era hueco y se quebró fácilmente, cayendo el joven al suelo. Sobre él cayeron joyas, esmeraldas, perlas, rubíes, zafiros y brillantes, muchos brillantes... La horca estaba llena de piedras preciosas. Entre lo que cayó encontró una nota. En ella estaba escrito: “Esta es tu nueva oportunidad. ¡Te amo mucho! Con amor, tu viejo padre.”

martes, 18 de noviembre de 2008

Las mentiras de los políticos

Hola a todos de nuevo. Después de tres semanas con el ordenador K.O. vuelvo a poderos escribir otra vez. ¿Qué le ha pasado esta vez? La verdad es que suena chiste pero os lo contaré...

Estaba viendo un video en el que la Sra. Vicepresidenta del gobierno Mª Teresa Fernández de la Vega miente canallescamente y la pantalla se quedó en blanco... mejor dicho en negro... el que se quedó en blanco y pálido fui yo... Primero por lo que acababa de ver (no por la fealdad, sino por la mentira...) y segundo porque me volvía a quedar otra vez sin ordenador...

Tres semanas después y con 130 € menos en la cartera acabo de recoger la pantalla nueva. Primero que si es de la torre. Después que si de la tarjeta gráfica. A la tercera el diagnóstico fue el adecuado y por fin puedo volver a estar con vosotros.

¿Escribir hoy de política? Diréis algunos. ¿Pero no es este un blog religioso?, ¿Es que va a cambiar la línea del Blog?... Nada, nada, que no cunda la alarma. Si os escribo hoy con tintes políticos es por esa anécdota que os acabo de contar y que me parece refleja lo que hacen la mayoría de los políticos de izquierdas y de derechas: Mentir.

A esta señora la han cogido "in fraganti" mintiendo como una bellaca, pero fiel a la más acérrima cultura hispánica, lejos de dimitir o pedir perdón, miente y se queda tan pancha y tan ancha... o tan seca, según se mire...

Sobran los comentarios, podéis verlo y oírlo vosotros mismos. Y no temáis he vuelto a ver el video y esta vez la pantalla ha resistido...


Lo dicho, no os confundáis, no pretendo orientar el voto ni hacer política. Me parecen tan falsos unos como otros. Pero este video es de poca vergüenza (ninguna diría yo), y ya es hora de que despertemos y nos demos cuenta en manos de que calaña está el futuro de nuestro país.

La semana que viene volvemos a lo espiritual, os lo aseguro.

martes, 28 de octubre de 2008

Historia sobre el Cielo y el Infierno

Esta semana tenemos una doble celebración. El sábado es el día de Todos los Santos, y el domingo la Iglesia conmemora a los Fieles Difuntos. El sábado nos alegramos de aquellos que la Iglesia ha declarado santos, hombres y mujeres que en vida fueron fieles al Evangelio y que ya gozan de la presencia de Dios, por lo que les pedimos que intercedan por nosotros. Y el domingo pedimos por aquellos que han fallecido y no sabemos a ciencia cierta cuál ha sido su suerte. Pedimos al Señor que tenga misericordia de ellos y recordamos especialmente a nuestros familiares y seres queridos que ya no están entre nosotros.

Para "ambientar" esta doble celebración os propongo un cuento que, como todos los buenos cuentos, tiene un mensaje profundo y puede hacernos pensar en estos temas:


Un hombre estaba un día haciendo oración cuando se le ocurrió hacerle una petición atrevida a Dios: Que le concediera la gracia de ver el Cielo y el Infierno. El Señor decidió regalarle ese privilegio y llevó al hombre hacia dos puertas.

Al abrir una de las puertas, el hombre miró dentro y vio que en medio del cuarto había una mesa redonda. Encima de la mesa había una gran olla de comida que olía tan deliciosa que al hombre se le hizo la boca agua. Las personas sentadas alrededor de la mesa estaban muy delgadas, hambrientas, y de muy mal humor. Cada uno tenía atado a su brazo una cuchara con un mango muy, muy largo. Todos eran capaces de meter la cuchara en el guiso y llenarla, pero ya que el mango era más largo que sus brazos, ninguno podía meter la cuchara dentro de su boca.

Luego fueron y abrieron la siguiente puerta. Era exactamente igual que el primer cuarto. Había otra mesa redonda con la misma gran olla de comida que volvió a hacer sentir apetito al hombre. La gente estaba equipada con las mismas cucharas de mangos largos, pero aquí la gente estaba bien alimentada y llena de salud, riéndose y hablando.

El hombre dijo: Señor… ¡……No lo entiendo........!

"Es simple…." dijo el Señor: ".....La situación aquí es un reflejo de la vida en la tierra. Los que están en el cielo usan sus cucharas para darse de comer los unos a los otros, mientras que los castigados en el infierno únicamente piensan en ellos mismos".

martes, 21 de octubre de 2008

Dar sin esperar nada a cambio

La historia que hoy os cuento tiene nombre y apellidos, aunque en realidad es extrapolable a infinitud de religiosos y religiosas que entregan su vida por Dios y por el Evangelio.

En el post de hoy os voy a hablar de Sor Manuela, la que ha sido durante 6 años superiora de las Hijas de la Caridad aquí, en Arcos de la frontera, y ahora ha sido destinada a la casa que tienen en Lebrija. Mis últimos años en la parroquia de Santa María coincidieron con sus primeros en Arcos, así que fui durante un par de años su capellán y se de primera mano el buen quehacer y la labor tan extraordinaria que ha realizado a lo largo de estos años.

Las Hijas de la Caridad tienen un asilo para mujeres, donde recogen a ancianas o impedidas cuyas familias no pueden -o no quieren- atender. Son personas con escasísimos recursos económicos, sin familia en el pueblo y la mayoría requieren tratamiento médico y/o psiquiátrico. Las de edad más avanzada pasan sus últimos días en la cama, con la única atención de las hermanas y las cuidadoras y con esporádicas visitas de cumpli-miento de sus familiares.

Os pongo en el contexto de su labor -como digo la de cualquier religioso/a que se dedica al cuidado de ancianos o enfermos- para que veáis a donde quiero ir a parar ahora.

Ha llegado la hora de su adiós para ser trasladada a otra comunidad, y... ¿Cuál es su despedida?... Ninguna. ¿Cuántos regalos le van a hacer como gratificación por su labor?... Ninguno. ¿Cuántas placas, medallas, reconocimientos... va a recibir?... Ninguna. ¿Cuántas cenas harán en su honor para desearle buena suerte en su nuevo destino?... Ninguna.

Muchas veces la gente se compadece de los curas, que si "estáis muy solos", que si "que dura debe ser la soledad", que si patatín, que si patatán. A mí esto sí que me parece humanamente duro. Cuando un párroco se va de su feligresía, todo ese reconocimiento al menos se lo lleva visiblemente: Cenas, regalitos, saludos, abrazos, besos, misas de despedida, lágrimas... Por muy malo que sea el cura y por muy mala que haya sido su labor siempre tendrá sus "adeptos" que lo despedirán como se merece. Y permitidme la broma, pero hasta el resto del pueblo también irá a la despedida para asegurarse de que realmente se va... En el caso de que el cura haya sido bueno y haya conectado con la feligresía, los actos se pueden ampliar a cartas de agradecimiento en el periódico, manifestaciones en el obispado, recogidas de firmas y demás parafernalia.


Que se dejen de falsa modestia quienes dicen que eso no les gusta. A todos nos va bien que te reconozcan tu labor, que los regalos sean símbolos del cariño, que lloren porque te vas y que veas que has dejado huella en el corazón de la gente. No es que uno lo haga por recibir esas muestras de afecto, pero me parecen tremendamente humanas y de lo más bonito de nuestro ministerio.

Por eso, irse así, como Sor Manuela, por la puerta de atrás, sin hacer ruido y sin un reconocimiento a su labor me parece a la par tan admirable como injusto. Se ha pasado 6 años de su vida dando cariño a quienes su familia se lo había negado, dando techo y comida a quien no los tenía y haciendo una tarea, como limpiar culos -con perdón- que muchos no harían ni por todo el oro del mundo.

Eso es, como os digo, es dar sin esperar nada a cambio. Eso es vocación religiosa y ver en el anciano o el enfermo el rostro de Cristo sufriente. Por eso su recompensa será la mejor posible. No se llevará los aplausos de este mundo, pero en ella, y en tantas personas como ella se harán un día realidad las palabras de Jesucristo en el Evangelio de San Mateo, 19, 29: "Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna."

martes, 14 de octubre de 2008

Reuniones de madres

Todos los años lo mismo. Resulta curioso que, aunque pasen los años, y vaya peinando alguna que otra cana, me sigan sorprendiendo la apatía y la desidia generalizada de las madres de los niños que van a prepararse para la primera comunión.
Después de hablarles de la importancia de la asistencia a la Eucaristía (que debe ser para un cristiano un deleite y no una obligación...), después de pedirles que se impliquen en la preparación de sus hijos, en las oraciones y los temas, en que estimulen a sus hijos con el ejemplo de sus vidas... etc. llega el momento del climax en la reunión. Suele ser más o menos siempre de esta manera:

- "¿Se ha entiendido todo bien?"
- "Claro que sí, claro que sí". -asienten las madres como diciendo: "Como le digamos que no, nos suelta otro tostón...".Seguro que otras están pensando en ese preciso momento: "Habla, habla, que por mucho que digas no nos vas a ver el pelo hasta el día de la primera -y última-comunión..."
- "¿Hay alguna pregunta, entonces?" -Dice uno sabiendo lo que va a venir a continuación...
- "¿Sabe ya la fecha de la Primera Comunión? Es que hay que reservar con tiempo el lugar de la celebración..."- "Eso, eso, que después está todo cogido"... jalean el resto de las madres mientras el murmullo va subiendo de tono y el orden en la reunión se va escapando de las manos...

Entonces es cuando el alma se te cae a los pies. Cuando uno se siente el tío más imbécil del mundo puesto al servicio de una estrategia-marketing social que parece ser lo único que preocupa a la mayoría del personal.
Se que estoy generalizando, pero me parece que encontrar unos padres concienciados y preocupados por la educación religiosa de sus hijos es más dificil que toparse con Pocholo en una biblioteca. Es tan difícil, que pasan desapercibidos en esas reuniones multitudinarias, y sólo en el contacto semanal de aquellos que van a misa, saludan, preguntan por sus hijos... van apareciendo algunos mirlos blancos que hacen que esta vocación siga mereciendo la pena.
Mientras la Iglesia sigue debatiendo sobre financiación, aborto o eutanasia -temas todos ellos que merecen mi máximo respeto- la poca formación o preocupación del común de los bautizados hace que la Iglesia se desangre en una hemorragía que parece no tener fin.
Esperemos que vengan tiempos mejores, aunque me estoy viendo ya, el año que viene, con alguna canita de más y volviendo a escuchar el "¿Se sabe ya cuando será el día de la primera Comunión...?"

martes, 7 de octubre de 2008

El mundo al revés

Hoy me atrevo a crear yo mi propio cuento. Cierto que la idea no es mía, la he visto en la revista de catequesis de nuestra diócesis, pero sí me he atrevido a ponerla por escrito a manera de relato breve. Creo que es una historia con un mensaje profundo y que nos puede ayudar a reflexionar sobre como está nuestro mundo...

Dos hermanos coincidieron después de muchos años sin verse. El primero de ellos era un sacerdote de una pequeña capilla de una gran ciudad. El otro era un afamado político que casualmente iba a dar un mitin en la población donde vivía el sacerdote.

El sábado por la noche, el sacerdote se acercó a escuchar la intervención de su hermano, y quedó gratamente sorprendido. La puesta en escena era impresionante, vinieron autobuses de toda la provincia a escuchar a su hermano, y éste no defraudó. En un abarrotado escenario, la música potente y el ondear de las banderas creaban un clima propicio para la euforia. Gesticulante, entusiasmado, con ironía, chispa y desenfado, el orador consiguió arrancar miles de aplausos, ovaciones, vítores y cánticos. Toda su intervención consistió en atacar al partido político rival y en prometer un sinfín de ayudas, subvenciones, trabajos, mejoras y accesorios para la urbe. Al salir del escenario, repartió miles de besos y abrazos entre los asistentes que no dejaban de aclamarlo.

A la mañana siguiente, el político se acercó a la capilla de su hermano. La misa era a las 11:00 y sólo unas cuantas personas mayores ocupaban los últimos sitios de las bancas. Una música mas bien propia de los años ochenta se oía por unos viejos altavoces. Comenzada la misa, pronto se hizo notar que la megafonía era un desastre. Apenas se intuía las oraciones que su hermano decía, a lo que no ayudaba el que éste lo hacía deprisa y sin entonación ninguna. Mirando a su alrededor, el político vio como algunos feligreses bostezaban, como un teléfono móvil no paraba de sonar ante la indiferencia de su propietario y como el resto del personal parecían distraídos o pensando en sus cosas. La homilía se hizo eterna, con un lenguaje inaccesible a los oyentes y un tono de voz que incitaba a una siesta mañanera. A la hora de darse la paz, un frío saludo o un gesto con la mirada fueron las únicas concesiones entre los dispersos asistentes. La misa terminó como comenzó, en un ambiente desangelado y más bien triste.

A la hora de la comida compartieron una distendida charla entre hermanos. Recordaron viejos tiempos, rieron rememorando anécdotas de la infancia y la juventud y fue ya a los postres cuando se sinceraron el uno con el otro.

“¿Sabes?” -Afirmó el cura-. “Cuando me hice sacerdote soñaba con tener un éxito como el tuyo anoche. Soñaba con llenar los templos, con las felicitaciones, los elogios y conque todo el mundo tuviera fe gracias a mis predicaciones. Con el tiempo me he ido dando cuenta de que o yo no lo hago bien o a la gente no le interesa lo que les cuento…”

“Te diré una cosa”, -respondió su hermano- “Cuando me hice político soñaba con defender a los ciudadanos, con ser justo, honrado, no engañar a nadie y decir siempre la verdad. Con el tiempo también me he dado cuenta de que todo eso es imposible”.

“En el fondo somos víctimas de nuestra propia sociedad…” -dijo meditabundo el cura-. “Tu te pasas toda tu vida diciendo mentiras como si fueran verdades y yo intento trasmitir verdades que sólo parecen mentiras…”

“Me temo que llevas toda la razón”, -afirmó el político mientras asentía con la cabeza y apuraba su taza de café.

martes, 30 de septiembre de 2008

Santa Teresa de Calcuta

En esta ocasión ha sido mi hermano el que me ha sugerido una historia para mi blog. El otro día me contó esta anécdota de una santa contemporánea: Santa Teresa de Calcuta


Os la cuento y después la comentamos:

Cuentan que un personaje importante fue a ver la labor que estaba realizando la Madre Teresa de Calcuta. Después de ver como cuidaba y atendía a todo tipo de pordioseros: Ancianos, huérfanos, leprosos, prostitutas... le comentó sorprendido:
"-Madre, El trabajo que usted hace, yo no lo haría ni por todo el oro del mundo”.
La respuesta de la santa no se hizo esperar:
“-Yo tampoco lo haría por ese motivo, hijo. Lo hacemos únicamente por Jesucristo y de la fuerza que recibimos de la adoración a Jesús Sacramentado”.

Creo que debemos tomar nota de las palabras de la santa. Y me atrevo a dar un paso más. A veces no hacemos las obras de caridad a cambio de oro, pero sí para que nos las reconozcan, para quedar bien, para ser aplaudidos o simplemente para hinchar nuestro ego. Al hermano hay que ayudarlo porque en él esta el rostro de Jesucristo sufriente y punto. La madre Teresa nos enseña que no hay otra motivación que valga. Resulta vomitiva la caridad de "entrega de cheque y fotografía" que tanto abunda en nuestra sociedad. El pasaje de San Mateo 6, 2-4 debe ser la norma de la caridad cristiana: "Por eso, cuando des limosna, no toques la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará."

Bueno, termino este post con esta encuesta que le hicieron a la misma Santa, para que ella nos guie, nos ilumine con su sabiduría y nos proteja desde el cielo con su intercesión:

¿Cuál es el día más bello? Hoy
¿Cuál es la cosa más fácil? Equivocarse
¿Cuál es el obstáculo más grande? El miedo
¿Cuál es el mayor error? Abandonarse
¿Cuál es la raíz de todos los males? El egoísmo
¿Cuál es la distracción más bella? El trabajo
¿Cuál es la peor derrota? El desaliento
¿Quiénes son los mejores profesores? Los niños
¿Cuál es la primera necesidad? Comunicarse
¿Qué es lo que hace más feliz? Ser útil a los demás
¿Cuál es el misterio más grande? La muerte
¿Cuál es el peor defecto? El mal humor
¿Cuál es la persona más peligrosa? La mentirosa
¿Cuál es el sentimiento más ruin? El rencor
¿Cuál es el regalo más bello? El perdón
¿Qué es lo más imprescindible? El hogar
¿Cuál es la sensación más grata? La paz interior
¿Cuál es el resguardo más eficaz? El optimismo
¿Cuál es el mayor satisfacción? El deber cumplido
¿Cuál es la fuerza más potente del mundo? La fe
¿Quiénes son las personas más necesarias? Los padres
¿Cuál es la cosa más bella de todas? El amor

martes, 23 de septiembre de 2008

Saber escuchar: Historia de la Carreta

El otro día, mi amiga Fátima me mandó una frase de Ambrose Bierce que tiene mucho de razón.

Dice así: "Una persona aburrida es la que habla cuando deseas que te escuche".

Yo le añado, que además de aburrida, suele tratarse de personas con nula empatía y poca vida interior.

La capacidad de escucha es una de las mayores virtudes en los tiempos que corren, tan propensos a la saturación informativa que soportamos todos los días.

Y al hilo de esta frase se me vino a la mente un cuento que escuché de pequeño y que he encontrado en internet (esto del Google es una maravilla...). Dice así:

"Caminaba con mi padre cuando nos detuvimos en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:

- Además del cantar de los pájaros, ¿Escuchas algo más?

Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:

- Estoy escuchando el ruido de una carreta.

Eso es -dijo mi padre-. Es una carreta vacía.

Pregunté a mi padre:

- ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aun no la vemos?

Entonces mi padre respondió:

- Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace."

Creo que no merece mayor comentario. Cuando vemos personas que hablan sin parar, que interrumpen a los demás, que no saben escuchar, que sólo presumen de lo que tienen o de lo que saben, recuerdo la sabiduría de ese hombre diciendo"Cuanto más vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace."

Y para terminar, y como el día va de frases célebres, ahí va una de Hector Álvarez que creo que no tiene desperdicio: "La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas".

martes, 16 de septiembre de 2008

La Última Lección

El 25 de Julio (el día del apóstol Santiago y por ende, mi santo) falleció en EEUU Randy Pausch, un presbiteriano (de la religión presbiteriana, una variante del protestantismo) a quien tres meses antes le habían diagnosticado un cáncer de páncreas.

Esta noticia no dejaría de ser un obituario más de no ser por la original idea de este hombre. Frente al mazazo inicial, la pregunta que más se repetía dentro de su interior era: ¿Qué recuerdo les va a quedar a mis tres hijos (el mayor de ellos de 5 años...) de mí dentro de unos años?. Su solución fue brillante: despedirse del ámbito académico (donde trabajaba) con una última lección, unas palabras magistrales que versaran sobre la vida y no sobre la muerte. Dicha lección quedaría grabada para la posteridad y sus hijos tendrían siempre un recuerdo de cómo hablaba, exponía, sonreía, gesticulaba... su padre. Randy Pausch asienta su lección sobre como en su vida había cumplido los sueños de su niñez, y por ello, se iba tranquilo y en paz.

Dicha despedida se ha editado ya en un libro que ha arrasado en las librerías de EEUU y que acaba de editarse en España en este mes de septiembre. En su primera semana de ventas ya está en el número dos en los libros de "no ficción", así que su éxito está más que asegurado. Os puedo decir que es un canto a la vida, al optimismo vital y a la fe en el ser humano.

No os cuento más porque me parece que merece la pena leerlo. Sólo os subrayo tres frases de las que más me han hecho pensar mientras leía el libro. La primera dice: "No podemos cambiar las cartas que la vida nos ha repartido, pero sí como jugamos nuestra mano". Otra, no menos profunda: "Los muros están por una razón: nos dan la oportunidad de demostrar cuanto deseamos algo". Y la última, la que me parece que tiene el mensaje más profundamente cristiano: "Colaborar en la consecución de los sueños de los demás es aún más edificante que realizar los propios".

Os dejo esas tres perlas para vuestra reflexión. Termino diciéndoos que creo que de este libro merecen la pena dos cosas. En primer lugar, leerlo. Pero en segundo lugar, -y aunque no tengamos la capacidad de escribir un libro- me parecería un ejercicio muy saludable el intentar responder por escrito a la siguientes preguntas: Si me pasara lo mismo que a Pausch, ¿Qué legado espiritual le dejaría a mis hijos para que me conocieran? (en el caso de los sacerdotes cambiemos la palabra "hijos" por "feligreses"...), ¿Dónde le diría que está la felicidad en esta vida?, ¿Qué querría que recordaran de mi...?. Ahí queda el encargo. Han comenzado los colegios y hala, ya os pongo tarea...

miércoles, 10 de septiembre de 2008

De vuelta al tajo

Hola amig@s!
Con un poco de retraso vuelvo a incorporarme a mi querido Blog en el que espero seguir compartiendo con vosotros muchas y variadas experiencias cristianas.

El retraso no se debe a que haya prolongado en exceso mi asueto (malpensados...) sino a problemas con la tarjeta gráfica del ordenador. Hasta hoy no han dado con el problema, y una vez subsanado, vuelvo a tener el poder de la tecnología en mis manos y la posibilidad de comunicarme con vosotros a través de la red.

De las vacaciones poco que contar: mucha playa, sol, paseos... dí buena cuenta de "Un mundo sin fin" (Dice un refrán que nunca segundas partes fueron buenas, y algo de razón lleva...) y eso sí, lo más destacado fue el susto del derrumbe del techo de la futura Iglesia del Santiscal. Gracias a Dios no hubo víctimas, todo quedo en un susto (bastante gordo, por cierto), alguna que otra noche sin dormir y las pérdidas materiales, que, en todo caso, siempre tienen remedio.

Como hacemos siempre, busquémosle la parte espiritual al asunto. Dice el Profeta Isaías 55, 5-9: «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos; como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.». Si Él ha permitido que esto suceda, todo tendrá un porqué. Aunque yo ahora mismo no se lo vea, seguro que ha sido su voluntad y nada, a seguir trabajando por la causa.

Así es que con las pilas cargadas, medio kilo de más (la báscula no se ha portado mal del todo) y muchas ganas de ver que depara este nuevo curso, os saludo y os agradezco vuestra fidelidad y vuestro apoyo en este blog; que, a fin de cuentas, lo hacemos entre todos.

martes, 29 de julio de 2008

Nos vemos en septiembre

El título de este post me recuerda aquellas amenazas de mis antiguos maestros (que gracias a Dios nunca tuve que experimentar...) con las que intentaban motivarnos para que nos esforzáramos durante el curso y poder tener un verano tranquilito.

El motivo de la cabecera es bien distinto. Son precisamente las vacaciones en agosto las que me van a mantener alejado de mi parroquia, de mis quehaceres cotidianos y, como consecuencia de ello, también de mi blog. Cierto que podría ir a un Ciber a escribir, pero creo que viene bien descansar también de este post semanal y retomarlo con más energías e ideas nuevas en septiembre.

El otro día me preguntaba mi amigo Arturo que cómo era que un cura se iba de vacaciones. Evidentemente que uno no se toma vacaciones de "ser cura", pero sí de sus obligaciones parroquiales. Se trata de despejar la mente para volver con las pilas cargadas al inicio del nuevo curso.

¿Que qué hace un cura en vacaciones? Pues lo que todo el mundo: Estar con mis padres y mi hermano, ir a la playita, leer -me esperan 1.200 páginas de "Un Mundo sin Fin"-, pasear y escuchar el mp3, ver lo poco que se puede de la tv., estar con los amigos de toda la vida... en fin, lo mismo que cualquier persona. Tengo la suerte de que mis padres están en Valdelagrana y os aseguro que la playa, además de para tostarse y remojarse, es el mejor sitio para meditar y rezar -con permiso de los Templos...-. Hay que tomarse vacaciones de todo menos de Dios, que ese va conmigo a todas partes...
Pues lo dicho, felices vacaciones para el que pueda y ¡nos vemos en septiembre!

martes, 22 de julio de 2008

Otra despedida: El cura Carlos

Si hace unas semanas despedíamos en este blog a nuestro obispo diocesano, en el día de hoy volvemos a despedir a un ser querido, con el agravante de que en esta ocasión se trata de una necrológica.

Carlos González García Mier (1927-2008) ha sido un santo que muchas personas hemos tenido la suerte de conocer. Decir que era Párroco de los cuatro Evangelistas, fundador de los scouts, de los cursillos de Cristiandad, director espiritual del seminario... es quedarse en lo superficial. Él fue, ante todo, un sacerdote de los que quedan pocos.

Dicen que es fácil realizar alabanzas a quien ya no se encuentra entre nosotros, pero en este caso las alabanzas las recibió en vida. Quien tuvo el más mínimo roce con el cura Carlos percibía inmediatamente ese halo espiritual que lo hacía distinto a los demás. Tuve la fortuna de que fuera mi director espiritual en los dos primeros años de seminario, y fue él quien dirigió mis primeros pasos en mi caminar por aquella novedad que suponía el cambio de vida y la toma de decisiones tan importantes.

Siempre sonriente, siempre bromista sin caer en el falserío, constantemente irradiando bondad y evangelio por los cuatro costados, era un atractivo en los pesados y monótonos fines de semana del seminario. Una tarde -incluso una eucaristía con el cura Carlos- garantizaban un buen puñado de risas y un sentirse más cerca del Jesucristo al que queríamos seguir. Sus tarros de "murmuricida" y sus discernimientos entre los "demonios rojos" y "los verdes" son un clásico que seguirán perviviendo aunque su voz se haya apagado ya para siempre. Entre broma y broma, tenía el don de transmitir verdades como puños y encararte con el Evangelio.

Nunca quiso glorias, nunca curias ni historias, siempre será un cura del pueblo y para el pueblo, cercano, enorme en lo humano y en lo cristiano, pequeño a los ojos de este mundo que prefiere a quienes aparentan más pero están vacíos por dentro.

Descansa en paz, cura Carlos, e intercede por los que nos quedamos aquí. Que un día nos veamos en ese cielo que tanto predicaste y del que intentaste traer un poquito a la tierra. Seguro que tú ya estás allí.

martes, 15 de julio de 2008

Cine religioso (2)

Bueno, pues esta semana completamos la lista con los títulos que he encontrado desde 1980 hasta hoy. Quería comentaros que me llaman poderosamente la atención dos cosas:


Primero, que más o menos, y a partir de los años 80, se va acabando el interés por reflejar la historia sagrada, acabándose las superproducciones del Antiguo Testamento y de la vida de Cristo. En lugar de ello, proliferan de manera bestial el argumento satánico, así como una visión más mundana de la Iglesia y sus ministros. En el cine comercial surgen comedias sobre la vida de curas, monjas, el cielo y el infierno... etc. Las vidas de santos que veréis reflejadas son películas de bajo presupuesto y apenas si estuvieron una semana en cartel en las grandes ciudades.

Lo segundo es que, precisamente, si el cine hasta los años 90 es más bien un apoyo a la Iglesia como institución, a partir de esa fecha lo que más se encuentran son fundamentalmente críticas, y no precisamente de las constructivas... Muchos de los títulos que vais a ver en estos últimos años son ataques directos a la Iglesia, con argumentos hirientes, morbosos o directamente escarnecedores. Las incluyo porque de alguna manera tienen que ver con el hecho religioso, pero su visión no es muy recomendable si uno no tiene la suficiente formación como para saber que hay toda una industria detrás cuya única finalidad es la descalificación continua de la Iglesia... Bueno, lo dicho, que si falta alguna me lo hagáis saber de cualquier manera que ya las iré incluyendo.

La Profecía III –El final de Damien- (1981), de Graham Baker
De un país lejano (1981), de Krzysztof Zanussi
Indiana Jones En busca del arca perdida (1981), de Steven Spielberg
El imperativo (1982), de Krzysztof Zanussi
Indiana Jones y el templo maldito (1984), de Steven Spielberg
Yo te saludo María (1985), de Jean-Luc Godard
Agnes de Dios (1985), de Norman Jewison
El nombre de la Rosa (1986), de Jean Jacques Annaud
La Misión (1986) de Roland Joffe
Las brujas de Eastwick (1987), de George Miller
El corazón del Ángel (1987) de Alan Parker
La séptima profecía (1988) de Carl Schultz
La última tentación de Cristo (1988), en Martin Scorsese
Conspiración para matar a un cura (1989), de Agnieszka Holland
El decálogo (1989), de Krzysztof Kieslowsky
Indiana Jones y la última cruzada (1989), de Steven Spielberg
Francesco (1989), de Liliana Cavani
La noche oscura (1989), de Carlos Saura
Romero (1989), de John Duiga
El exorcista III (1990) de William meter Blatty
Una vida por otra: Maximilian Kolbe (1991), de Krzysztof Zanussi
La Profecía IV –El renacer- (1991) de John Montesi
La ciudad de la alegría (1992), de Roland Joffe
Sister Act -Una monja de cuidado- (1992), de Emile Ardolino
Sister Act 2 -De vuelta al convento- (1993), de Bill Duke
Por amor solo por amor (1993), de Giovanni Veronesi
Pequeño Buda (1993), de Bernardo Bertolucci
Canción de Cuna (1994), de José Luis Garci
Pena de Muerte (1995), de Tim Robbins
El día de la bestia (1995), de Alex de la Iglesia
Sacerdote (1995), de Antonia Bird
Rompiendo las olas (1996), de Lars Von Trier
Pactar con el diablo (1997) de Taylor Hackford
Kundun (1997), de Martin Scorsese
Fallen (1998) de Gregory Hoblit
City of Angels (1998) de Brad Silvering
El tercer Milagro (1998) de Agnieszka Holland
Mas allá de los sueños (1998) de Vicent Ward
La novena puerta (1999), de Roman Polansky
Nadie conoce a Nadie (1999), de Mateo Gil
Stigmata (1999) de Rupert Wainwright
El fin de los días (1999) de Meter Hyams
Juana de Arco (1999), de Luc Besson
El hombre que hacía Milagros (1999) de Stanislaf Sokolov y Derek Hayes
Padre Pío (2000) de Carlo Carlei
Al diablo con el diablo (2000), de Harold Ramis
Poseído (2000) de Steven E. de Souza
Poseídos (2000) de Janusz Kaminski

Año Mariano (2000), de Karra Elejalde y Fernando Guillén Cuervo
The Body (2001), de Jonas McCord
Amén (2002), de Costa Gavras
Señales (2002), de Michael Night Shyamalan
El crimen del Padre Amaro (2002), de Carlos Carrera
Las Hermanas de la Magdalena (2002), de Peter Mullan
Como Dios (2003), de Tom Shadyac
La Pasión de Cristo (2004), de Mel Gibson
La mala Educación (2004), de Pedro Almodóvar
El Santo Padre Juan XXIII (2005), de Ricky Tognazzi
El Reino de los Cielos (2005), de Ridley Scott
Karol (2005) de Giacomo Battiato
El exorcista –El comienzo- (2005), de Renny Harbin
Lutero (2005), de Eric Hill
El Gran Silencio (2005), de Philip Gröning
Francesco (2006), de Michele Soavi
El Exorcismo de Emily Rose (2006), de Scout Derrickson
Teresa de Calcuta (2006), de Fabrizio Costa
Natividad (2006), de Catherine Hardwicke
El Código da Vinci (2006), de Ron Howard
Teresa, el cuerpo de Cristo (2007), de Ray Loriga
Sigo como Dios (2007), de Tom Shadyac
Hasta que el cura nos separe (2007), de Ken Kwapis

martes, 8 de julio de 2008

Cine religioso (1)

En estos días de menos trabajo en la Parroquia y más calor en todas partes, me propongo realizar un listado de películas de temática religiosa. La tarea se presenta ardua, pues el género es muy recurrente, y pese a lo que se pudiera pensar -que la religión está pasada de moda- lo cierto es que el goteo de nuevos títulos con contenido religioso no cesa. Por ello os ofrezco hoy una primera parte (hasta 1980) mientras voy confeccionando la segunda. Sería muy costoso realizar una reseña de cada una, así que si alguna os interesa lo mejor es que copiéis el título en Google y obtengáis más información al respecto. Seguro que muchas de ellas os traen buenísimos recuerdos, yo conforme las iba escribiendo las iba trayendo a la memoria…Creo que ha merecido la pena dedicarle un buen puñado de horas a esta tarea… Por cierto, sé que muchas quedan en el tintero, porque no las conozco o porque se me han olvidado… Os agradecería que me añadierais alguna a la lista si se os viene a la cabeza

La pasión de Juana de Arco (1928) de Carl Dreyer
La canción de Bernadette (1943), de Henry King
Siguiendo mi camino (1944), de Leo McCarey
Las campanas de Santa María (1945) de Leo McCarey
¡Que bello es vivir! (1946) de Frank Capra
Sansón y Dalila (1949) de Cecil B. de Mille
Francisco juglar de Dios (1950), de Roberto Rosellini
La señora de Fátima (1951), de Rafael Gil
Cerca de la Ciudad (1952), de Luis Lucía
Marcelino pan y vino (1954), de Ladislao Vajda,
El Prisionero (1955) de Peter Glenville
Los Diez Mandamientos (1956) de Cecil B. de Mille
Quo Vadis (1951) de Mervyn LeRoy
La Túnica Sagrada (1953) de Henry Koster
El Renegado (1953), De Leo Joannon
Yo Confieso (1953), de Alfred Hitchcock
Demetrius y los Gladiadores (1954) de Delmer Daves
Teresa de Ávila (1955) de Juan de Orduña
Un hombre tiene que morir (1957), de José Breen
El séptimo sello (1957), de Ingmar Bergman
Nazarín (1958), de Luis Buñuel
Molokai (1959) de Luis Lucía
Ben Hur (1959) de William Wyler
Rey de reyes (1961) de George Stevens
Francisco de Asís (1961) de Michael Curtiz
Viridiana (1961), de Luis Buñuel
Fray Escoba, (1961) de Ramón Torrado
Los comulgantes (1961) de Ingmar Bergman
Barrabás (1962), de Richard Fleischer
El Cardenal (1963), de Otto Preminger
El Evangelio según San Mateo (1964), de Pier Paolo Pasolini
Becket (1964) de Peter Glenville
El Padrecito (1964), de Miguel M. Lucía
El Tormento y el Éxtasis (1965), de Carol Reed
La historia más grande jamás contada (1965), de Nicholas Ray
La Biblia (1966), de John Huston
Un hombre para la eternidad (1966), de Fred Zinnermann
El derecho de nacer (1966), de Tito Davison
La semilla del diablo (1968) de Roman Polanski ,
Las sandalias del pescador (1968), de Michael Anderson
Proceso a Jesús (1973) José Luis Saenz de Heredia
Hermano sol, hermana luna (1972) de Franco Zeffirelli
Jesucristo Superstar (1973) de Norman Jewison.
El exorcista (1973) de William Friedkin
Mahoma, mensajero de Dios (1976), de Moustapha Akkad
La Profecia (1976) de Richard Donner
El Exorcista II–El hereje- (1977) de John Boorman
Jesús de Nazareth (1977), de Franco Zeffirelli
La profecia II –La maldición de Damien (1978) de Don Taylor
La vida de Brian (1979) de los Monty Piton

martes, 1 de julio de 2008

La hora del Adiós: Juan del Río

"Esta es la hora más difícil,
Esta es la hora del silencio,
Esta es la hora del adiós.
Tenía que llegar y lo sabías:
pero ha llegado demasiado pronto.
Estoy yo triste y tú estás triste,
y todo alegre alrededor."

Sirvan estas palabras de Antonio Gala para anunciar la marcha del que hasta ayer fue nuestro Obispo Diocesano y desde entonces se ha convertido en Arzobispo Castrense y Administrador Apostólico provisional de nuestra diócesis.

Cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando un 23 de septiembre de 2000 tomaba posesión de su primera diócesis y una semana más tarde nos ordenaba a 5 compañeros en la misma Iglesia Catedral de Jerez. Ya desde ese primer momento se anunciaba que iba a durar poco en nuestra tierra, pues su valía hacía que nuestra diócesis se le quedara pequeña. Algún que otro cofrade con arte y chispa lo "bautizó" en aquellos días como "Juan el Breve" en alusión a lo poco que estaría con nosotros... Al final han sido 8 años, en ninguno de los cuales han faltado la rumorología que lo colocaba en casi la mitad de las diócesis de España...

Aún recuerdo nuestras primeras entrevistas en Roma, donde yo me encontraba por motivos de estudio y sus primeros consejos al darme mi primer nombramiento en la Parroquia de Santa María y 4 años después al hacerme párroco de San Pedro y encargado de construir la Iglesia del Santiscal. Siempre una misma preocupación: El estudio y la oración. Quiere curas cultos y santos, y así nos lo ha transmitido hasta la saciedad.

Creo que deja un trozo grande de su corazón en nuestra tierra, pero también a nosotros nos va a quedar un hueco difícil de llenar en nuestro interior. Con defectos y pecados -como todo mortal- no cabe duda de que ha dejado un listón casi infranqueable al que venga a ser su sucesor. Trabajador incansable -rayando la omnipresencia-, cercano y accesible para todos, es una de esas personas que dejan huella. Lástima que no haya cumplido su sueño de ver (como obispo) el nuevo Seminario y la casa sacerdotal que con tanta ilusión nos presentó en el día de San Juan de Ávila de este año.

La vida sigue, la diócesis seguirá su marcha, y ahora es el momento de pedir que el próximo pastor de esta grey tenga la misma dedicación y entusiasmo que él nos transmitió. Quedan muchas cosas por hacer y la cabeza es la que tiene que tirar del carro.

A quien un día impuso sus manos sobre mi cabeza para hacerme sacerdote, desearle los mejores parabienes y, aunque suene a tópico, pedirle que no cambie nunca; al mismo tiempo que le agradezco el testimonio evangélico que nos ha dejado.

martes, 24 de junio de 2008

En defensa de los signos cristianos

Leyendo la prensa el otro día me tropece con esta carta de Pedro Aliaga, religioso residente en Roma, quien asombrado por unas declaraciones de Gaspar Llamazares, pidiendo la retirada de los crucifijos en las tomas de posesiones del Gobierno, le responde con esta carta a la vez irónica y contundente.

Espero que más allá de vuestras creencias políticas la disfrutéis porque no tiene desperdicio.

"Sr. Llamazares: leo en la prensa que ha cursado solicitud formal para retirar la cruz y la Biblia de las juras de cargos públicos ante el Rey, y que está preocupado porque aún quedan cruces en los colegios y desfilan militares en las procesiones. En Italia, donde vivo, esa cuestión quedó zanjada con la sentencia judicial favorable al mantenimiento de la cruz en los lugares públicos porque se trata de un símbolo referente para la cultura italiana. Sin embargo, para usted no es así, y cree que se trata de un atentado a la laicidad del Estado. Le pregunto: ¿va usted a pedir la retirada de nuestros museos, como ofensivos, de los Cristos de Velázquez o de las Vírgenes de Murillo? ¿Usted se va a presentar a trabajar en el Congreso el día de Navidad, por la terrible injusticia que representa el descanso para todos los españoles del día del nacimiento de Cristo? ¿Se va a aupar a la torre de la catedral de Toledo, para tapar sus cruces, que ofenden los aires de los millones de turistas que visitan la ciudad? ¿Se va a emplear con los billetes de 20 euros por representar la ventana gótica de una catedral europea, intolerante muestra de agresión religiosa? ¿Va a pedir prohibir la Semana Santa de Sevilla, la Romería del Rocío o de San Isidro, por su carga de ofensiva católica en las calles que a todos pertenecen? ¿Pedirá la retirada de nuestras bibliotecas, estatales y que pertenecen a todos, de las obras de Gonzalo de Berceo, de Lope de Vega y de Galdós, por su propaganda clerical, impensable en un Estado laico? ¿Borrará al Magistral de La Regenta? ¿Pedirá que la Real Academia declare que las Glosas Silenses y Emilianenses ya no son los testimonios más antiguos del castellano? ¿Borrará los apellidos de Navas de San Juan o de Villanueva del Arzobispo, o se empleará con los nombres de San Sebastián o de Sant Feliù de Llobregat por imponer a todos los ciudadanos un membrete con creencias religiosas adheridas? ¿Raspará con su cincel las cruces de Calatrava o de Santiago de los escudos municipales? ¿Liberará al cochino de San Antón de la oscurantista gorrinera católica, o pedirá usted que la pava de Cazalilla sea arrojada desde la Casa del Pueblo, en vez del campanario de la parroquia? ¿Empezará una cruzada para que el 'Viva San Fermín' se transforme en un 'Viva la serenidad laica de un Estado igualitario en sus manifestaciones lúdicas y/o festivas'? Señor Llamazares: le aconsejo que, antes de que su partido desaparezca definitivamente del Congreso, haga lo posible por cambiar su nombre en el registro civil, pues es indigno de un Estado como España que usted se llame Gaspar, como uno de los Reyes Magos, con evidentes reminiscencias católicas y monárquicas que pueden ofender al pueblo al que usted representa."

martes, 17 de junio de 2008

Paternidad responsable

El otro día, ojeando algunos cuentos cortos en Internet, me tropecé con éste de Carlos Alfaro que, para que os voy a decir otra cosa, me puso los pelos de punta. Fue pura casualidad, ya que lo que en primera instancia me había atraído era su título, en el que esperaba encontrar algo referente a ese valor moral cristiano que es la paternidad responsable. Después de leerlo, concluí que es difícil transmitir tantos sentimientos y hacer calar tanta emoción en apenas unas líneas de texto. Luego, al no encontrar un contenido específicamente cristiano, dudaba sobre si incluirlo en el Blog o no. He optado por publicarlo porque es tremendamente humano, y si es humano a la fuerza debe ser cristiano…

Sirva este texto como mi más sincero homenaje a los padres, a todos los buenos padres, a aquellos que se toman la paternidad en serio y que están siempre al lado de sus hijos.

"Era tu padre. Estaba igual, más joven incluso que antes de su muerte, y te miraba sonriente, parado al otro lado de la calle, con ese gesto que solía poner cuando eras niño y te iba a recoger a la salida del colegio cada tarde. Lógicamente, te quedaste perplejo, incapaz de entender qué sucedía, y no reparaste ni en que el disco se ponía rojo de repente ni en que derrapaba en la curva un autobús y se iba contra ti incontrolado. Fue tremendo. Ya en el suelo, inmóvil y medio atragantado de sangre, volviste de nuevo tus ojos hacia él y comprendiste. Era, siempre lo había sido, un buen padre, y te alegró ver que había venido una vez más a recogerte."